Hay sucesos en la larga historia de España qué el gran público ni los a oído mentar. Sucesos qué se han perdido en incontables años de olvido y qué solo queda de ese lejano y borroso recuerdo alguna frase o expresión acuñada en recuerdo de aquel momento de la historia. Hoy hablare de un suceso y de unos hombres que siempre me han llamado la atención desde que los descubrí. Me refiero a lo que se conoce como los últimos de Filipinas. Intentare hacer una resumida narración sobre los echos. A si que preparen sus colchones y almohadas,jejejjejejee.
Todo comienza en 1896 cuando estalla una insurrección en Filipinas contra el gobierno colonial español. España comprende que nada se soluciona con una guerra sangrienta y decide negociar. Los frutos parecen obtenerse en Diciembre de 1897 cuando los responsables de la insurrección se exilian (a cambio de una jugosa cantidad de dinero por exiliarse) y el gobierno español en las islas a cargo de Primo de Rivera promete hacer cambios reformistas en la isla.
Pero todo se complica con el estallido de la guerra entre España y Estados Unidos. La situación se revuelve dentro de Filipinas y los rebeldes filipinos ven una nueva ocasión para reivindicar su independencia. En este clima de guerra se quedan aislados un pequeño destacamento de menos de 100 hombres qué había sustituido a otro mucho más grande cuando la isla estaba en paz. Esta guarnición está situada en Baler. Dentro del pequeño contingente había cuatro Guardias civiles. Esto era todo lo que protegía a Baler y a la provincia de Nueva Ecija.
Parece extraño que una guerra comience y que parte de un ejército, aunque en el caso que nos atañe muy pequeño no se entere de que la guerra a empezado. Pero este fue el caso de los soldados españoles en Baler. Los ataques comenzaron por toda la provincia hasta llegar a Baler. ¿Y qué pueden hacer una fuerza tan pequeña ante un número de enemigos indeterminados que cada vez va creciendo más y más? Nada. La respuesta es nada, o eso es lo que se dijeron los responsables de Baler en junio que retrocedieron a la pequeña iglesia de la misión española que había en la localidad. Improvisan trincheras y la fortifican a duras penas como pueden la iglesia. El mayor enemigo fue el beriberi, una enfermedad que segó la vida de varios soldados y del responsable del destacamento el capitán Enrique de las Morenas. Los filipinos cercan a la guarnición sin entrar en combate salvo algún tiroteo entre los sitiados y los sitiadores. Sin saberlo el destacamento de Baler el día 10 de Diciembre España firma el tratado de París con Estados Unidos poniendo así fin al dominio español en Filipinas y entregándoselo a EEUU. Pero como digo esto los españoles no sabían nada porque estaba incomunicados y pasando hambre y siguieron en sus puestos.
En Enero llega un capitán español para informar a los sitiados del final de la guerra. Los filipinos en Baler le dejan que entregue el comunicado, pero la tozudez y desconfianza del nuevo comandante del destacamento el teniente Martín Cerezo (de origen campesino) hace que sospeche que todo es un ardid del enemigo por lo que continua la resistencia. Mientras los filipinos que ven que no hace falta tomar la iglesia sino convencer a los españoles de que la guerra a terminado les mandan periódicos. Ni por esas. Los filipinos deciden atacar intermitentemente a lo largo de 1899. Incluso intentan quemar la iglesia pero en el último momento los españoles lo impiden. El 12 de Abril los españoles oyen cañonazos en la retaguardia enemiga. Imagínense que los agotados españoles pensaban que eran los refuerzos, que les venía ayuda.
Pero no era ayuda española. Era un buque de la armada norteamericana que venía a parlamentar y a ver si podían sacar de ahí a los españoles. Pero el cañoneo cesa y el buque se retira dejando varios de sus marineros muertos en la playa. Esto fue así porque los filipinos al igual que antes con los españoles no querían nuevo amo, sino la independencia total. Por lo que los filipinos vieron a los americanos que venían del buque como enemigos. Parece que la historia no tiene final. Los filipinos se han cansado de rendir a los españoles "por las buenas" a si qué atacan diariamente. Los españoles se enfrentan al hambre que apenas lo contienen con una pequeña huerta que tienen, con la enfermedad que les deja sin fuerza y con los ataques de los filipinos. A finales de Mayo llega un teniente coronel español y les asegura que la guerra ya término hace meses y que ha venido con un barco para repatriarlos a España. Pero Martín Cerezo desconfía de este nuevo emisario.
Hay que ver lo tozudo que era el tal Martín Cerezo, podrá decir alguno pero era normal hasta cierto punto la actitud del teniente. Para el que era un soldado de acción le parecía imposible que España hubiese abandonado Filipinas y menos con el destacamento aun en la isla. Era imposible. Pero era la verdad.
El teniente coronel espeto a Cerezo:
“¡Pero hombre! ¿Qué tengo que hacer para que Vd. me crea, espera que venga el General Ríos en persona?" A ello le contestó el Teniente: "Si viniera, entonces sí que obedecería las órdenes".
Pero la resistencia española estaba a punta de desaparecer cuando Cerezo vio en uno de los periódicos que un amigo suyo había sido destinado a Malaga. Noticia que solo el propio Cerezo y el afectado lo sabían. Entonces fue cuando Martín cerezo se dio cuenta que desde el principio le habían dicho la verdad sobre la rendición española. Pacta con los sitiadores que saldrá de Baler rumbo a Manila a cambio de que a sus hombres les deje ir hasta Manila con vida. Era el 2 de Junio y habían resistido 337 días abandonados por las autoridades españolas.
Cuentan la propaganda que el destacamento salió de Baler con las armas al hombro y la enseña española en lo alto y que los rebeldes los saludaban en posición de firmes hasta que llegaron en Manila dónde las autoridades filipinas alabaron su vana pero valiente resistencia.
No sé si será verdad pero este fue el punto y final a la presencia española en Filipinas. Esta es la historia olvidada y curiosa de los últimos militares españoles en Filipinas.