jueves, 12 de abril de 2012

"El Cuento Número Trece" de Diane Setterfield.


"Todos los niños mitifican su nacimiento. Es un rasgo universal. ¿Quieres conocer a alguien? ¿Su corazón, su mente, su alma? Pídele que te hable de cuando nació. Lo que te cuente no será la verdad: será una historia. Y nada es tan revelador como una historia."

Existen historias que con tan solo leer media línea de una página cualquiera te atrapan, te embelesan, te estremecen. Este es el caso de El Cuento Numero 13. Una novela que personalmente parecía rondarme eternamente poniéndose en mis narices pero que siempre terminaba por apartarse (la veía reseñada en muchos lugares, había oído muy buenas críticas de esta obra, sabía que durante mucho, mucho tiempo en este nuestro país había acaparado el primer puesto en ventas, en el bus o en el metro veia su sugerente portada en manos de otras personas que atrapadas en su hechizo lo leían. 
Pero no hasta hace un año que en el metro como tantas otras ocasiones una persona estaba leyendo el libro a mi lado y no se por qué me dio la curiosidad y estire el cuello (COTILLA!!!!!!!!!) y leí unas líneas y fue cuando a pesar de solo a ver leído esas líneas me atrapo y decidí comprármelo. Esa misma tarde aprovechando que estaba cerca de un  Centro Comercial mientras estaba trabajando me acerque a una librería y no tarde mucho hasta encontrar "El Cuento número 13", casi suspire al tocar las letras en relieve de la portada (reíros, reíros).
Lo demás os podéis imaginar fue comprarlo y no esperar ni unos segundos cuando sin esperar a llegar a casa me lo empecé a devorar. Bueno ahora vamos con la reseña in cuestionis. 

El libro está narrado por la protagonista, Margaret, quien vive con su padre y trabaja con este en la tienda de libros que regenta. La protagonista ha vivido toda su vida entre libros y les tiene un amor ilimitado. Un día, Margaret recibe una carta de Vida Winter, una de las novelistas más exitosas del mundo. En ella, Vida Winter le pide que vaya a su casa para que escriba sus memorias.

Lo curioso es que la escritora siempre ha mentido sobre su pasado y nadie sabe nada de su vida, lo que la ha mantenido sumida siempre en el más hondo misterio. Por otra parte, Margaret jamás había leído un libro de ella, pues prefería los libros de los novelistas muertos, por lo que un día decide leer una de las últimas novelas de Vida Winter para conocerla mejor. Un libro titulado Los trece Cuentos (y el cual su padre atesoraba entre sus libros valiosos, ya era una edición bastante codiciada por coleccionistas).Fascinada por la lectura, Margaret decide ir a la casa de la enigmática escritora. Una vez allí y sabiendo la fama de mentirosa de la escritora le pide a bocajarro que le cuento únicamente la verdad y solo la verdad. Así nos adentramos dentro de la fascinante vida de Vida Winter.

Una de las cosas que más llama la atención antes de empezar su lectura es su portada con esas letras doradas en relieve y con esa pila de libros antiquísimos y para rematar el resumen de la contraportada  que te atrapa(si no me creis pillaros el libro y lo veris jejejeje).

La novela está estructurada en dos tiempos, alternando entre ambos cada ciertos capítulos. En el primer espacio temporal tenemos a Magaret, con sus propios problemas y un pasado que la atormenta desde niña, y en el segundo espacio temporal tenemos a Vida Winter, narrando su vida cada vez que cita a Margaret en la biblioteca para continuar donde habían quedado. Eso es lo más interesante de la obra, porque la autora le ha dado a ambas una profundidad psicológica bastante interesante.
 
Todo va siendo revelado de a poco, tanto los secretos de Margaret como de la escritora, y empiezas después a darte cuenta de la gran similitud que hay entre ambas, quienes, aunque se tratan con distancia al principio, poco a poco, y a medida que desgranan sus recuerdos, empiezan a sentir aprecio  y respeto hacia la otra.

Tenemos, por otra parte, una riqueza de descripciones, pero el libro jamás se hace pesado. Una de las cosas más destacables con que está escrito, aun cuando muchas veces es bastante descriptivo. Esto hace avanzar en la lectura de una forma muy rapida. Los personajes principales también están  muy bien trazados, especialmente Margaret y Winter, resultando ambas muy humanas y realistas, además de tener bien marcadas sus personalidades.

Otra cosa que destaco es la coherencia con que la autora ha montado todo, incluso en las partes más surrealistas. En ningún momento te detienes a cuestionarte sobre la verosimilitud de algo, ya que es una lectura que te absorbe y te atrapa hasta la última página por la cantidad de misterios que van apareciendo en torno a las vidas de ambas mujeres.

En cuanto a los personajes su protagonista, Margaret es un personaje peculiar. No a todos los lectores podría caerles bien, ya que posee una personalidad sombría y algo apática, en momentos insensible. Al haberse criado sola en una casa llena de libros y el escaso afecto de su madre, Margaret creció siendo una niña introvertida, ligada a su mundo. Sin embargo, es una joven con carácter y muy sincera, amante absoluta de las buenas historias. Hay escenas en las que te conmueve y otras en las que te sorprende. Es, en definitiva, un personaje complejo lleno de trabas, no hecho para agradar a todo el mundo, pero con la que es bastante fácil identificarse.

Vida Winter es la contracara de Margaret. Una escritora algo egocéntrica, de fuerte carácter y con mucho amor por los libros. Siempre ha rehuido la verdad, especialmente la que tiene relación con ella. Vida Winter ni siquiera es su verdadero nombre, y la mayor parte de su vida se ha refugiado en las historias que escribe para huir del pasado.

En la novela ella está enferma, y es la razón por la que decide contratar a Margaret. Sin embargo, también te das cuenta de que en el fondo necesitaba contarle la verdad a alguien, ya que su historia era un veneno que había cargo por mucho tiempo y que, aunque lo negara, aun le hería.

El lazo que une a ambas mujeres es peculiar y tiene relación con la "hermandad". Para ser más específico, la relación de hermanas gemelas.

Quiero destacar también a personajes secundarios como Hester, la mujer que aparece en la infancia de la escritora, y a Aurelius (mi preferido), un hombre que Margaret conoce en sus paseos por  la mansión donde vivió Vida Winter y que será una pieza fundamental en la historia.

En fin. El libro se disfruta, se paladea. Teniendo una prosa delicada, cuidada y personajes muy humanos, con una historia familiar que te va sorprendiendo página a página. Una novela que merece la pena leerla. Y El cuento número trece es de esas novelas que son para recordarlas... y releerlas.

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